Veréis

No, no he escrito ningún libro.

Más quisiera, necesita un esfuerzo muy grande pero como se venda bien, tu cartera no volverá a tener eco.

 

 

Como te imaginarás, yo estudié Derecho en Valladolid.

Y por la época en la que lo hice había una asignatura.

No diré su nombre como tampoco nombraré al ser humano que daba las clases.

 

 

 

Lo que si haré es decir que, como Umbral, tenía un libro.

Bueno, dos.

Bueno, en realidad él no, su padre fue quién los escribía.

El padre los escribía y él los vendía.

¡¡¡Chollazo!!!

 

 

 

Vale.

 

 

A lo que voy es que el tío no te obligaba a comprar sus libros, pero si no los tenías no aprobabas.

Algo así como cuando preguntas a tus padres si puedes salir por la noche y te dicen:

-Haz lo que quieras.

Si eres listo, ya sabes que no debes.

 

 

 

Y a lo que también voy es que no era justo.

Ni honesto.

Pero este tío tenía de honesto lo que yo tengo de alto.

 

 

Por cierto, mido 1.70

 

 

Su departamento parecía un cortijo.

Y hasta tenían su propia feria sólo que ésta no era en abril sino en septiembre.

Que era cuando comenzaba el curso y tenías que comprar “los libros de su padre”.

 

 

Los libros te han de aportar algo, diversión, distracción, aprendizaje, conocimiento.

Pero porque tú lo elijas, no porque un tío te diga que lo tienes que comprar.

 

 

 

Y hablando de libros, me ha recordado a un copywriter español con barba.

CopywriterDícese de un hombre o mujer que te enseña a vender con las palabras adecuadas-

 

Éste sí que tiene unos libros cojonudos.

Son libros-garfio.

Enganchan.

 

Mucho.

 

A mí me costó mucho aprobar esa asignatura.

En Valladolid.

Porque en la UNED que fue donde la aprobé mientras ya curraba, saqué más de un 9.

Como sabrás las notas van del 1 al 10.

Y dicen los que entienden de números que en esa escala un 9 es mucho.

Yo, como soy de letras, vi un 9 pero tuve que ir a la facultad de matemáticas a preguntar si eso me daba para aprobar.

 

Y también pensaba que al no aprobarla en Valladolid era tonto perdido y que mis neuronas no conseguían hacerse amigas las unas de las otras para poder memorizar “los libros de su padre”.

O que estaban en huelga.

 

O borrachas.

O viendo Netflix.

 

Pero resulto que yo no era tonto (Mediamarkt Dixit)

 

De hecho, su asignatura era famosa por formar unos tapones en la carrera más conocidos que los de una botella de Freixenet.

 

 

Debía ser el único homosapiens en este mundo al que le gustan los atascos.

 

Supongo que seguirá dando sus clases en la Universidad.

“Enseñando” lo mismo todos los años.

Trabajando tranquilito.

Con horario adaptado al Mercadona (ya sabes de los que puedes escaparte a media mañana a hacer la compra).

Con un nivel de estrés equivalente al de un perezoso.

Y con “sus libros”.

 

Que encima no tiene que cambiar porque, al menos que alguien coja el DeLorean, la historia no se puede cambiar.

 

 

Todo esto para decirte que…

…no tengas la cabeza como hormigón armado.

Eso déjalo para construir casas.

Y piensa que, para casi todo, siempre hay un plan “B”

En mi caso fue aprobar la asignatura en otra parte.

Que me lo pones muy difícil para mí coeficiente mental.

Pues me piro a otro lado.

Además, era una asignatura con menos utilidad que una mirilla en una puerta de cristal.

 

Y hace mucho tiempo…

…que dejó de ser mi problema.

 

 

 

Exprime el día.

error: Content is protected !!